Prentice Starkey, de la Universidad de Pensilvania, y su colega Robert G. Cooper diseñaron un hábil experimento para demostrar que incluso antes de que un niño sepa contar, reconoce la diferencia entre 1, 2, 3 y 4. En el experimento, Starkey y Cooper mostraron a los bebés un dibujo con tres puntos. Los bebés se mostraban interesados mientras se les enseñaba el mismo número de puntos las suficientes veces hasta que se habituaban. Pero, si se añadía o se quitaba un punto, inmediatamente recuperaban el interés. (Los bebés no tenían la capacidad de apreciar la diferencia entre números mayores de puntos, como por ejemplo, 6 o siete).
Fuente: Gran Enciclopedia Planeta
Por: David Moya Hinojosa 4ºB
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