Hace unos 5.000 millones de años, una nube de gas y polvo interestelar en rotación comenzó a contraerse bajo la acción de su propia gravedad, dando nacimiento al SISTEMA SOLAR.
Tras las caóticas etapas iniciales todos los planetas del Sistema Solar se establecieron en sus actuales orbitas .Así pues nuestro planeta no está condenado a precipitarse al sol .Sin embargo, incluso sin separarse un ápice de su orbita la Tierra será finalmente devastada por el sol.
El sol es un cuerpo celeste que vierte al espacio muchas cantidades de energía. Mientras el suministro de energía compensa las perdidas, las propiedades físicas del sol permanecen casi invariables durantes enormes periodos de tiempo. A lo largo de los siguientes centenares de millones el Sol experimentara una profunda metamorfosis. Falto de suministro energético el núcleo de helio inerte iniciara un progresivo proceso de contracción aumentando su densidad y temperatura con vistas a alcanzar las condiciones para iniciar un nuevo de combustión termonuclear, que esta vez usara el helio como combustible. Mientras el núcleo estelar se contrae, las tenues regiones externas iniciaran un continuo progreso de escansión que inducirá un descenso de la temperatura de la superficie, con lo que el familiar color amarillo del disco solar ira adoptando tonos cada vez mas rojizos.
Durante esa etapa de su evolución la atmósfera solar desbordará primero la orbita de Mercurio y posteriormente la de Venus .El sol se extenderá hasta casi llenar la orbita de la tierra, con una luminosidad que será unas 2.000 veces su valor actual.
Engullidos Mercurio y Venus nuestro planeta vera desaparecer su atmósfera y océanos y probablemente la corteza y parte del manto .Ni siquiera los enormes planetas como Júpiter o Saturno podrán salir indemnes de las devastadoras consecuencias de la transformación experimentada por el sol.
Hecho por : Koraima Carceles y Maria Isabel Pedregosa 4º
martes, 29 de noviembre de 2011
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