domingo, 1 de febrero de 2009


Plutón, el planeta pequeño
Como comienzo, en breve, del nuevo tema de física y química dedicado a las fuerzas gravitatorias, el universo, ect; hemos querido dedicarle unas líneas al ya no planeta, Plutón.
Hasta hace un par de semanas, fue el gran tema de agenda mediática la exclusión de Plutón del círculo de los nueve planetas clásicos del sistema solar. Sin embargo, Plutón no ha dejado de ser lo que era como se ha pretendido enfatizar con intenciones sensacionalistas y risueñas, lo que ha cambiado, como tantas otras veces en la historia de la ciencia, ha sido el modelo acordado por los científicos para describir la realidad.
En la concepción vigente hasta hace poco, para que un planeta fuera considerado parte de un sistema solar debía reunir los siguientes requisitos:
1. Orbitar al rededor de una estrella
2. No ser otra estrella
3. No ser satélite de algún otro planeta
4. Ser lo suficientemente masivo como para que, fuerza de gravedad mediante,tuviera una forma aproximadamente esférica.
Esta definición, se ajustaba perfectamente a las características de Plutón, pero también a la de otros cuerpos celestes como por ejemplo algunos asteroides ubicados detrás de la órbita de Neptuno y muchos más. Y así, a medida que se fue mejorando la calidad de las observaciones, de manera tal que se fueron descubriendo nuevos astros, se fue acentuando el debate: ¿era necesario limitar la definición de planeta?. Y fue en esta línea que se agregó a la lista un nuevo requisito: el cuerpo celeste debería ser dominante en su órbita, esto es, haber barrido de ella a cualquier otro. Entonces, de acuerdo a esta nueva definición, Plutón, quedó excluido de la lista, ya que su satélite Caronte no gira a su alrededor sino que ambos (Plutón y Caronte) lo hacen respecto a un centro común.
De acuerdo a esta nueva concepción, se crea una nueva categoría, la de "planetas enanos", dentro de la cual, se incluye también al asteroide Ceres y al UB313.
Hay quienes creen que esta nueva terminología solo creará confusión en las masas y que su difusión y trascendencia mediática resulta superflua e innecesaria. Por mi parte siento que asistimos a un cambio de paradigma planetario que se instala en el debate de las más altas esferas científicas y también, simultáneamente, en la humilde exposición de los textos escolares. Milagros afortunados de nuestro siglo.
Trabajo realizado por: Juan Fº Molina Romera y Elena Martín Vega
4º ESOA

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