sábado, 4 de febrero de 2012

La quimica, el olor de pies y el mal aliento

Es frecuente encontrar personas cuyo aliento despide un olor desagradable cuando se nos acercan y nos hablan. El fenómeno se conoce con el nombre de halitosis. Sin embargo, es un fenómeno que siempre se lo atribuimos a otros y que, aparentemente, nunca nos ocurre a nosotros. Nada más lejos de la realidad y veremos por qué.

¿A qué se debe el mal olor?


Se debe a la presencia en nuestro aliento de una sustancia química denominada metilmercaptano. Las bacterias presentes en la boca provocan la descomposición de una proteína, liberando aminoácidos (cisteina y metionina) que contienen azufre, y que a su vez dan lugar a la formación del metilmercaptano. Esta sustancia es un gas que se mezcla con el aliento y es el responsable de su mal olor.




¿Cómo puede combatirse el mal olor?


Evidentemente con la limpieza de pies y boca. Pero sabemos que esto no es suficiente y los enjuagues de boca o los lavados de pies, aunque necesarios, sólo contribuyen a eliminar parcialmente el olor y por poco tiempo. Es necesario además eliminar las moléculas de metilmercaptano que se siguen generando.




Por ejemplo, para el mal aliento se recomienda que se utilicen dentífricos que contengan sales de cinc o de estaño. La presencia de estos metales interfiere las enzimas de las bacterias que producen el metilmercaptano y ayuda a eliminarlas.






En el caso de los pies existen también productos que cumplen una misión similar, pero lo más eficaz suele ser utilizar plantillas de carbón vegetal. El carbón vegetal en forma de pequeños gránulos situados en el interior de la plantilla absorbe las moléculas de metilmercaptano, reteniéndolas e impidiendo que pasen al ambiente.




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PACO ARIZA Y M. ANGEL LEYVA

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